Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote
Por ellos y por la Iglesia
¿Cómo?
En una vida de silencio y soledad. En el recogimiento de una clausura.
La búsqueda de la intimidad con Dios, la fe y la esperanza en Él, y un amor dispuesto a acoger los dones del Espíritu, llevan consigo, como exigencia propia, la necesidad vital de un silencio de todo el ser (no una simple ausencia de ruidos o palabras), en el cual pueda templarse el alma y donde pueda encontrarse con Dios. El silencio es, por tanto, una necesidad intrínseca, profunda del alma, porque es la base donde descansa nuestra vida de oración y sacrificio.
Amamos la soledad, y la buscamos con avidez. Dios llama a la soledad para hablar al corazón. Leer más
La clausura no nos aleja de nuestros hermanos. Nuestra vocación-misión está en el corazón de la Iglesia. Vivimos "escondidas con Cristo en Dios" y en Él amamos a todas las almas. Leer más